![]() Introducción al Programa | Documentación General La capacidad de un sistema educativo está profundamente marcada por la capacidad de sus docentes. Es indiscutible el papel del profesorado como elemento determinante de la calidad educativa. Esta consideración pone de manifiesto la necesidad de todo sistema educativo de atender a la formación y actualización de sus docentes. Hemos de fomentar, desde las instituciones responsables de la formación permanente del profesorado, la capacidad de innovación, reflexión y crítica del trabajo diario, de manera que el o la docente se conciba como diseñador y planificador y se comprometa con el cambio. Se trata de fomentar aquellas capacidades que les ayuden a superar los factores que obstaculizan la renovación metodológica y pedagógica. La formación permanente es un buen recurso para acercar al profesorado hacia un modelo docente reflexivo, indagador y creativo, capaz de responder a su realidad educativa y atender adecuadamente a toda la diversidad de su alumnado. El enfoque de esta formación del profesorado es un proceso que, aunque compuesto por fases claramente diferenciadas por su contenido curricular, mantiene unos principios éticos, didácticos y pedagógicos comunes. Se contempla en relación al desarrollo curricular, y se concibe como una estrategia para facilitar la mejora de la enseñanza. Tiene en cuenta el discurso de la epistemología de la práctica, de forma que aprender a enseñar se realizará mediante un proceso en el que conocimiento práctico y conocimiento teórico puedan integrarse en un curriculum orientado a la acción. Buscando basarse en las necesidades e intereses de los participantes, tratando de adaptarse al contexto en el que trabajan, y fomentando la participación y reflexión. Por eso el programa de formación en pedagogía intercultural e inclusiva se basa en un enfoque de pedagogía crítica y de epistemología de la complejidad, que estima la necesidad de crear ecologías de aprendizaje adaptadas a complejidad de la realidad contemporánea, caracterizada por la globalización, la pluri-culturalidad, brechas sociales de muy diverso signo e importantes retos de carácter ecológico, paz mundial, identidad cultural y calidad de vida. Retos que sin lugar a dudas son arrostrados de forma decisiva por el Plan Nacional del Buen Vivir. Todo docente debe enfrentar, con sabiduría y creatividad, situaciones prácticas imprevisibles que exigen a menudo resoluciones inmediatas para las que no sirven reglas técnicas ni recetas. De ahí que este enfoque vincula lo emocional con la indagación teórica, buscando desarrollar personal y colectivamente las herramientas pedagógicas para promover el éxito de toda comunidad educativa y no sólo de los “excelentes”. Parte de las situaciones concretas (personales, grupales, institucionales, sociopolíticas) que intenta reflexionar y comprender con herramientas conceptuales y vuelve a la práctica para mejorarla. Se dialoga con la situación interpretándola, tanto con los propios supuestos teóricos y prácticos como con otros sujetos reales y virtuales (autores, colegas, formadores). Los textos son “pre textos”, que posibilitan y generan conocimientos nuevos para interpretar y comprender la especificidad de cada situación original, que también se transforma. Busca así un conocimiento experto, el mejor disponible para dar cuenta que aquella practica primera, ahora ya enriquecida y modificada, sea posible portadora de eventuales alternativas, de un nuevo dinamismo transformador. Este programa de formación estará impartido por profesionales, un 40% de los cuales son Doctores y Doctoras –pertenecientes a la red de cooperación académica que se detalla en la sección 3– ligados también específicamente a la investigación educativa, que desarrollan su labor con un enfoque de pedagogía crítica, ligada a la emancipación e innovación socioeducativa, que asume la figura del profesor-investigador o profesora-investigadora como eje central y que pretende dar al profesorado la capacidad emocional, intelectual y práctica de comprender, valorar y reflexionar sobre su propia práctica, así como establecer una conexión entre su formación y la realidad sociopolítica exterior, con la aspiración de mejorar el mundo a través de la educación. ![]() Para ello se desarrollará una metodología pedagógica participativa, la integración del trabajo individual y de grupo, el intercambio permanente de experiencias y una retroalimentación constante. Y buscará estimular la innovación, el sentido crítico, la reflexión, la creatividad en función de cubrir con las necesidades de aprendizaje que demanda su práctica docente. En su concepción global, el programa formativo responde además al planteamiento holístico que caracteriza la iniciativa pre-PRIMER y que es común a otras propuestas formativas desarrolladas por el equipo coordinador del programa de formación aquí considerado desde puntos de vista teóricos y metodológicos. |